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Arquitectos: Gonzalo Bardach arquitectura
- Área: 250 m²
- Año: 2023
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Fotografías:César Béjar
Descripción enviada por el equipo del proyecto. Situado en la ladera de una cancha de golf, la "Casa Olivos" se concibe como un refugio donde el verde ininterrumpido del césped y los árboles se entrelaza con la arquitectura por medio de un patio central que se erige como el corazón de la casa, tejiendo la planta baja, el primer piso y la terraza a través de una lomada cubierta de vegetación nativa creando una continua terraza jardín.
En este proyecto, el paisaje no es un contexto sino la esencia de la casa, cuyo vínculo con su entorno se convierte en el alma del diseño, transformando el habitar en una la experiencia que fusiona armoniosamente el ser cobijado por la vivienda y el estar en el paisaje.
La forma del proyecto refleja la búsqueda de armonía entre arquitectura y paisaje, su exterior aparentemente simple, encierra un patio inesperado, vertical y curvo, que de manera continua va conformando lomadas de terrazas ajardinadas las cuales conectan los niveles de planta baja a cubierta, creando un paisaje continuo y tridimensional que permite la entrada de luz, la ventilación cruzada que permite bajar pasivamente la temperatura de la casa y la sensación de naturaleza, como así también una vista cruzada hacia el cielo, mientras que mantiene la intimidad hacia el frente.
La luz natural es crucial en el proyecto, amplios ventanales y el patio maximizan su entrada. A lo largo del día, el sol controlado interactúa con las superficies interiores, acentuando la textura de los materiales y realzando los acabados. Esta integración de la luz no solo mejora la funcionalidad del espacio, sino que también establece una conexión constante con el exterior, proporcionando un ambiente dinámico que cambia con la posición del sol y contribuye a la atmósfera general del diseño.
Los materiales como el hormigón visto, la madera, el hierro y el vidrio son utilizados en su estado puro para reforzar el vínculo con la naturaleza y aportar calidez a los espacios. El hormigón visto, tratado como una "piedra líquida" permite la materialización tanto de sus líneas simples como de las curvas de las lomadas.
El diseño paisajístico tridimensional multiespecie, permite la coexistencia entre el ser humano a la vez que sirve como soporte para otras especies convirtiendo la vivienda en un pequeño ecosistema compacto. El jardín exterior y los techos verdes no solo embellecen el espacio, sino que también mejoran la calidad del aire y aportan una sensación de frescura por la presencia de vegetación en cada sector de la vivienda.
Un enfoque más orgánico y menos controlado para el diseño y el mantenimiento del jardín, cuyo trazado no sigue patrones estáticos, fue pensado para evolucionar y cambiar naturalmente con el paso del tiempo. La biodiversidad y la adaptabilidad se vuelven importantes, promoviendo la idea de dejar que las plantas crezcan y se desarrollen de forma espontánea, permitiendo que el jardín adquiera su propio ritmo y personalidad. Evidenciando así, la belleza y la vitalidad de la naturaleza colonizadora y en constante cambio.
El programa se desarrolló bajo la premisa de diseñar una casa para una mujer que, aunque vive sola la mayor parte del tiempo, necesita áreas para recibir a sus amigos y espacios para alojar a sus hijos, quienes residen en el extranjero y la visitan con frecuencia.
La vivienda se distribuye en dos plantas. La planta baja acoge los ambientes principales, espacios amplios e integrados, que albergan una vida social activa, en un espacio diáfano que integra living, comedor y cocina, además de la habitación principal, todos estos espacios con vistas a la cancha de golf a excepción del baño de la habitación que mira hacia un patio propio para mayor intimidad. En la planta alta, se disponen los dormitorios tres secundarios, cada uno con baño privado.
El diseño bioambiental, que considera cuidadosamente las orientaciones solares y los patrones de viento refleja nuestro compromiso con la sustentabilidad, priorizando la iluminación natural en todos los espacios, y la ventilación cruzada que permite mantener el confort térmico de manera natural.
La Casa Olivos es un refugio donde la arquitectura y la vegetación se entrelazan en un diálogo continuo. Cada decisión de diseño, desde la selección de materiales hasta la orientación de los espacios, se ha tomado con la intención de fortalecer el vínculo con el entorno natural. Este proyecto demuestra que la arquitectura puede ser tanto innovadora como silenciosa, creando un diálogo continuo entre el ser humano y la naturaleza que enriquece la experiencia de habitar el espacio.